Redacción
12/11/2010
El régimen birmano ha firmado la
orden para la puesta en libertad de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que podría concretarse durante el fin de semana, ya que la actual condena expira este sábado día 13.
La puesta en libertad llegaría así una semana después de las primeras elecciones en el país desde 1990. En esos comicios Suu Kyi consiguió la victoria y el régimen militar anuló los resultados. Ahora, tanto Suu Kyi como su partido, la LND, han sido apartados del proceso electoral, por lo que optaron por promover el boicot.
La líder de la oposición democrática ha vivido bajo arresto domiciliario o encarcelada la mayor parte de estas dos décadas transcurridas desde los comicios de 1990, pero sigue teniendo una gran
influencia entre la población birmana. Hija del héroe de la independencia del país, el general Aung San, es conocida como ‘la dama’ entre los birmanos, que tienen prohibido incluso nombrar su verdadero nombre, e incluso se la llama la Mandela birmana.
Por ello, su liberación supone una prueba de fuego para el régimen militar inmerso en el proceso supuestamente democratizador que ha impulsado. Especialmente, tras advertir Suu Kyi que no aceptará una libertad limitada o condicionada a su silencio político.
De hecho, Suu Kyi tenía que ser liberada el año pasado, pero un extraño incidente provocado por un ciudadano norteamericano que llegó a su casa superando los controles de seguridad provocó una nueva condena por saltarse las condiciones de su arresto domiciliario. Esta condena, de 18 meses, ha coincidido con el tiempo que la junta ha necesitado para preparar las nuevas elecciones.
En un comunicado, varios representantes de
Naciones Unidas han urgido al régimen birmano la inmediata liberación de Suu Kyi, pero también la del resto presos políticos del país, que se estiman en unos 2.000.
Los comicios del pasado 7 de noviembre han sido considerados una farsa tanto por la oposición democrática del país como por la comunidad internacional, que ve en este proceso un intento del régimen militar de perpetuarse en el poder con un gobierno civil tutelado desde el ejército.
De hecho, según los resultados parciales hechos públicos desde Rangún, el partido que representa a la junta, el USDP, habría conseguido 190 de los 219 escaños ya adjudicados de un total de 330, y en la cámara alta tendría 95 de 107, con un total de 168. En votos, el USDP se otorga el 80%. Esta formación está formada por miembros de la cúpula militar que gobierna el país y que dimitieron de sus cargos militares la primavera pasada para concurrir a las elecciones como civiles.