Redacción
30/09/2010
Pekín ha anunciado nuevas medidas económicas para intentar frenar el aumento de precios en el mercado inmobiliario, un problema que, más allá de las repercusiones económicas, provoca un gran malestar social por las dificultades de la población para adquirir una vivienda.
Entre las nuevas medidas anunciadas, el gobierno chino establece un pago inicial mínimo para la adquisición de la primera vivienda del 30% de su precio total, cuando hasta ahora era del 20%. En cuanto a la segunda vivienda, este pago inicial asciende del 40 al 50%.
Según publica
China Daily, además el gobierno chino prohibirá a los bancos a dar créditos para la compra de una tercera vivienda.
En este intento de estabilización de los precios inmobiliarios, Pekín quiere imponer un impuesto especial a la propiedad. Aunque a la larga este impuesto se generalizará a todo el país, en un primer momento se aplicará en cuatro de las ciudades más afectadas por la burbuja inmobiliaria: Pekín, Shanghai, Shenzhen y Chongqing.
Estas medidas se suman al anuncio desde los ministerios de territorio y recursos y de vivienda y desarrollo rural y urbano de penalizar a los propietarios que acumulan terrenos para especular. Más concretamente, los propietarios que tengan tierras en las que no se ha actuado en el último año no podrán adquirir nuevos terrenos.
Según la oficina de estadística municipal de Pekín, el precio metro por metro cuadrado en el cuarto cinturón de la ciudad es de 34.000 yuanes (5.080 dólares), mientras que los ingresos medios en esta zona en los primeros ocho meses del año se calculan en 19.458 yuanes (2.907 dólares). De media, un chino paga por su vivienda su sueldo de 14 años.
En agosto los precios inmobiliarios subieron un 9,3% en relación al mismo mes del año anterior, lo que supone un cierto freno en la escalada de precios. Con todo, según una
encuesta realizada por el periódico People Daily, el 91% de los chinos están en desacuerdo con los precios de la vivienda en su región y en un 73% se muestran profundamente insatisfechos.
Consciente de esta situación, el primer ministro, Wen Jiabao, declaraba varios días atrás que la estabilización del mercado de la vivienda es una prioridad del gobierno, que quiere asegurar el bienestar de la población.