Redacción
16/07/2010
La ONG Amnistía Internacional advierte que Corea del Norte no es capaz de ofrecer a su población la atención sanitaria más básica. Ésta es la conclusión del
informe “El deteriorado sistema de salud pública en Corea del Norte”, realizado a partir de entrevistas a pacientes y a personal sanitario que ha atendido a norcoreanos.
Hospitales inoperativos, sin apenas medicinas, agujas hipodérmicas sin esterilizar, amputaciones sin anestesia…la investigación de Amnistía Internacional ha puesto de manifiesto el lamentable estado del sistema sanitario de Corea del Norte, especialmente para la población –la mayoría- que no puede pagar el tratamiento.
Aunque el gobierno afirma que la asistencia médica es gratuita para toda la población, las personas con quien ha contactado la ONG internacional afirman haber pagado por ser atendidas, ya fuera con cigarrillos o comida para las consultas médicas o en metálico para tratamientos de mayor envergadura.
Según la OMS, Corea del Norte es el país del mundo que menos destina a atención médica, con medio dólar norteamericano por persona al año.
Ante esta realidad, muchos norcoreanos no acuden al médico y se automedican, hasta el punto que Pyongyang ha prohibido recientemente un analgésico narcótico altamente adictivo que muchos ciudadanos utilizan de forma habitual para combatir cualquier tipo de dolencia.
Esta situación se ve agravada por la desnutrición de sufre gran parte de la población, lo que facilita la propagación de epidemias en un país especialmente afectado por la tuberculosis, según AI.
Catherine Baber, directora adjunta del Programa para Asia y Oceanía de AI, pide que ante esta lamentable situación los países donantes no utilicen su ayuda a Corea del Norte con fines políticos.
Baber advierte que la población norcoreana necesita desesperadamente ayuda médica y alimentaria e insta a los países donantes a que sigan aportando su ayuda humanitaria a través de Naciones Unidas.
La mayoría de las personas entrevistadas huyeron del país en los últimos años, pero la situación se cree que se ha agravado tras la revaluación de la moneda en diciembre de 2009. Esta reforma económica provocó un importante aumento del precio del arroz y se estima que miles de personas murieron en los primeros meses de este año por inanición.