Redacción
21/06/2010
Con una semana de antelación a la cumbre del G20, que se celebra el próximo fin de semana en Toronto, el gobierno chino ha anunciado que flexibilizará el cambio de su divisa, el yuan.
De esta forma,
Pekín intenta neutralizar las presiones de la comunidad internacional, y de Washington en particular, que en Toronto hubiesen podido monopolizar la reunión.
El yuan ha mantenido un cambio fijo respecto al dólar en los dos últimos años precisamente para evitar que las oscilaciones agravaran los desajustes en la fase más dura de la crisis financiera internacional.
Ahora, a pesar de que Europa siga algo rezagada en la salida de la crisis, empiezan a verse signos claros de mejora, por lo que China puede contribuir con una revaluación de su divisa que relaje la tensión con Estados Unidos y asegure una mayor competitividad de las exportaciones norteamericanas.
El
anuncio de revaluación, que en una primera instancia no se ha traducido en hechos, llega tras un considerable incremento de las exportaciones chinas en mayo, que crecieron un 48,5% respecto al mismo mes del año anterior.
El anuncio de ampliación del margen de fluctuación del renminbi ha generado optimismo aunque para los analistas resulta evidente que, como en anteriores ocasiones, la apreciación será lenta y controlada.