Los monjes birmanos apoyan el boicot de Aung San Suu Kyi a las elecciones

Eva Queralt 18/06/2010 Miles de actos en todo el mundo conmemoran el aniversario de la líder opositora Aung San Suu Kyi. El monje birmano U Asin Sopaka, uno de los líderes de la llamada Revolución del Azafrán de 2007, ha viajado a Barcelona para participar en los actos organizados por la ONG “Birmania por la Paz” y difundir su mensaje a favor del poder del pueblo para derrocar las dictaduras como la de su país.

Ante el proceso de supuesta democratización que anuncia la junta militar, y para el cual se prevén elecciones en otoño, U Asin Sopaka explica que no significan ningún cambio. “Las elecciones no serán libres ni independientes, por lo que tampoco serán justas. El gobierno no acepta observadores internacionales y podrán hacer lo que quieran sin problemas”.

“El boicot es la vía para mostrar que no aceptamos estas elecciones”

Desde la sede de Casa Asia en Barcelona donde ha sido invitado a impartir una conferencia, U Asin Sopaka afirma que el gobierno militar de Birmania “ha ganado las elecciones antes de empezar y añade: “participar implica aceptar una Constitución que sólo representa a la junta militar, por ello creo que el boicot es la mejor vía para mostrar que no aceptamos estas elecciones”.

Por ello los monjes, que no tienen permitido votar pero que disponen de una gran capacidad de movilización social en Birmania, tienen sus propios planes. “Estamos trabajando en un nuevo movimiento, porque en estas elecciones sólo puedes votar para que todo siga igual y nosotros y el pueblo queremos un cambio”.

Aunque asegura que no puede dar más detalles de sus planes por cuestión de seguridad, afirma que los monjes van a promover “un cambio pacífico, basado en la cultura de la no violencia y en la voluntad del pueblo”.

Este monje tibetano, que con sólo 36 años dirige unos sesenta monasterios en Birmania, no confirma si este movimiento tomará cuerpo antes de los comicios o no: “No sabemos si fructificará en breve o a más largo plazo, pero estamos trabajando en ello porque la gente ya sólo confía en el poder del propio pueblo”.

U Asin reconoce que quien mejor podría aglutinar a todo el pueblo birmano es Aung San Suu Kyi. “Ella es muy querida y respetada, además de ser la hija del fundador del país, por lo que es la única persona que puede liderar un movimiento que junte a todas la minorías y sectores de la sociedad”.

Aunque su movimiento no está vinculado oficialmente a la Liga Nacional por la Democracia (LND), el partido de Suu Kyi, reconoce que están trabajando en la misma dirección. Amigo personal de ella, lamenta que no se le permita hablar directamente con la población y que se la mantenga privada de libertad, aunque afirma que se encuentra bien, que está fuerte y que medita y lee mucho.

Con todo, no guarda esperanzas de una pronta liberación. “No la liberarán antes de los comicios porque el gobierno tiene demasiado miedo a su capacidad para movilizar a todo el país, aunque quizás pasadas las elecciones ya les dé igual”.

Como activista por la paz, U Asin critica que la Junta nunca tenga en cuenta a su pueblo. “En Birmania es como si la cabeza y el cuerpo fueran siempre por separado y la única forma de solucionar el conflicto es juntar todas las partes y dialogar para encontrar una solución. Nosotros queremos trabajar por la paz con todos, incluidos soldados y generales, pero ellos no saben qué quiere el pueblo”.

Esta fe en el poder del pueblo llega tras perder la esperanza de que la comunidad internacional juegue a favor de la democracia en Birmania. “Ya no esperamos nada ni de la Unión Europea, ni de Estados Unidos ni de la ONU. Hemos visto muchos enviados de Naciones Unidas e informes, pero luego no pasa nada, no tienen ningún poder”.

En cambio, reconoce que la fuerza de Naciones Unidas se encuentra en el Consejo de Seguridad y especialmente en el poder de veto de algunos países, lo que convierte a la institución en no democrática, según él.

Estas críticas responden al poder de China -gran valedor de la junta militar - en el Consejo de Seguridad, donde “siempre acaba imponiendo su voluntad”. “Que sigamos bajo una dictadura es debido al apoyo que el gobierno birmano recibe de China, que tiene muchos intereses económicos y políticos en el país, aunque también es culpa de India, Rusia y de la ASEAN, que mantienen sus relaciones con el gobierno”.

Aunque U Asin no le otorga ningún poder ni influencia, el actual relator especial de Naciones Unidas para los derechos humanos en Birmania, Tomás Ojea Quintana, ha hecho público un comunicado en motivo del aniversario de Suu Kyi en el que urge una vez más la inmediata liberación de la líder demócrata, así como del resto de prisioneros políticos. En el comunicado, pide también que se den las condiciones para que el proceso electoral sea inclusivo y respetuoso con los derechos humanos.

Sin embargo, el líder budista afirma que tras la Revolución de 2007 la situación de los derechos humanos no ha hecho más que empeorar. “Hoy hay muchos más monjes y prisioneros políticos en prisión y los conflictos que afectan a las minorías étnicas empeoran”.