Redacción
28/06/2010
La agencia oficial de noticias norcoreana, KCNA; ha difundido un
comunicado anunciado la reunión, prevista para septiembre, un hecho insólito ya que es la primera que se convoca en las últimas tres décadas.
A pesar de la poca información que llega desde Corea del Norte, todo parece indicar que el estado de salud de Kim Jong-Il, que sufrió una apoplejía en 2008, es precario y corre el riesgo de deteriorarse rápidamente. Los cambios se realizan para que el heredero designado a sucederle, su hijo Kim Jong-Un, cuente con un entorno estable donde afianzar su liderazgo y facilitar una
transición estable.
El anuncio se suma a los cambios que se han producido en el estamento militar en las últimas semanas. Kim Jong-Il ha nombrado a su cuñado, Jang Song-thaek, vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa.
Si la
biografía de Kim Jong-Il es escasa la de su hijo y heredero todavía lo es más. Se sabe que es el tercero de sus hijos, tiene 27 o 28 años, ha sido educado en Suiza y parece que ha heredado alguno de los problemas de salud del padre; es diabético e hipertenso.
El comunicado de Pyongyang se ha producido un día después del 60 aniversario del inicio de la Guerra de Corea (1950-1953), que se celebró el pasado 25 de junio. Han pasado seis décadas desde que el régimen comunista de Corea del Norte, apoyado por las tropas de la antigua URSS, y la capitalista Corea del Sur, apoyada por una coalición de 17 naciones liderada por Estados Unidos, se enfrentaron en el que fue definido como el primer conflicto armado de la Guerra Fría. Entre tres y cuatro millones de personas, la mayoría civiles, perdieron la vida.
Los dos países siguen técnicamente en guerra ya que sólo se firmó un armisticio, entre Estados Unidos y Corea del Norte, poniendo fin al conflicto, pero nunca se ha firmado un tratado de paz entre los dos países.
La línea que separa las dos coreas, en el paralelo 38, se convirtió en la frontera mejor vigilada del mundo con un ingente acantonamiento de soldados en los dos lados. Antes de la guerra de Irak y Afganistán, el mayor despliegue de soldados norteamericanos fuera de su territorio se encontraba en esta frontera.
Las esperanzas de poner fin al conflicto y trabajar para una reunificación de la península que despertaron hace diez años al celebrarse la primera cumbre intercoreana, se han congelado.
A la presión internacional y las sanciones que ha provocado el desarrollo de un programa nuclear secreto por parte del Corea del Norte se ha añadido en los últimos meses el incidente del hundimiento de un barco de guerra de la marina surcoreana, provocando 46 muertos.
Seúl ha acusado a Pyongyang de hundir su barco y ha suspendido los intercambios comerciales y la ayuda humanitaria al Norte.
Estados Unidos ha pedido a China, en el marco de la cumbre del G-20 que se ha celebrado este fin de semana, que interceda ante su aliado para rebajar la tensión y
condene el hundimiento del barco de la armada surcoreana.