Redacción
30/06/2010
Benigno S. Aquino III, conocido popularmente por su apodo “Noynoy”, sucede a Gloria Macapagal Arroyo y se convierte en el
presidente número 15 del país.
En su discurso tras prestar juramento, el presidente se ha comprometido a implantar reformas radicales para desarrollar el país, crear empleos, atraer mayor inversión extranjera, combatir la violencia que afecta al sur del archipiélago y sobre todo luchar contra la corrupción.
Noynoy ha asegurado que el lema de su campaña “si nadie es corrupto, nadie será pobre", no es un eslogan sino el principio que definirá su gestión en los próximos seis años.
Aquino ganó cómodamente las elecciones del pasado 10 de mayo al frente del Partido Liberal. Con un mensaje de renovación y sesgo populista fue muy crítico con los diez años de presidencia de su antecesora, a la que acusó de corrupción y abuso de poder.
Hoy ha asegurado que mantiene su promesa de crear una “comisión de la verdad” para investigar las irregularidades del gobierno de la presidenta Arroyo.
Aquino se sitúa al frente del gobierno de un país en el que uno de cada cuatro filipinos vive bajo el umbral de la pobreza, con menos de un dólar al día. El 10% de la población emigra para trabajar fuera del país y las remesas de esos emigrantes ascienden a más de 15.000 millones de dólares anuales, una parte importante del PIB del país.
En los últimos dos años la economía de Filipinas sólo ha crecido un 3,7% un porcentaje muy alejado del crecimiento de otros vecinos del Sudeste Asiático.
El nuevo presidente, de 50 años de edad, no es un desconocido y, como casi es una tradición en Filipinas, toma el relevo de una conocida saga política.
Benigno Simeon Cojuangco Aquino III es el hijo del histórico líder opositor Benigno Aquino, asesinado al descender del avión en Manila cuando volvía del exilio en 1983 y también es hijo de Cory Aquino la primera presidenta de la democracia en Filipinas, tras el régimen del dictador Ferdinand Marcos.
En su discurso, el nuevo presidente ha tenido palabras de recuerdo para sus progenitores, ha afirmado que su padre sacrificó su vida por la democracia y su madre dedicó su vida a cuidar de esa democracia. Ha asegurado que el está disputo a seguir el mismo camino de sacrificio por el país.