Un Cannes más asiático que nunca

Anna Zaera 13/05/2009 Antes de conocer los resultados, podemos asegurar que el cine asiático se lleva la palma en la 62ª edición del festival. La  muestra de cine, que se celebra del 13 al 24 de mayo en la ciudad de la Costa Azul, exhibirá los últimos trabajos de algunos de los directores asiáticos más consolidados –muchos de ellos ya veteranos de Cannes- al lado de apuestas por nuevos valores, que irrumpen con fuerza desde países como Filipinas o Tailandia.

La presencia del cine asiático en Cannes no es una novedad, en los últimos años este certamen ha servido de trampolín para algunos de los directores más brillantes de la escena asiática. Sin embargo, visto el cartel de esta edición –cinco producciones asiáticas en la sección oficial, cuatro en el prestigioso apartado de Un certain regard y otras tantas en las secciones paralelas- podríamos hablar de la definitiva eclosión de las producciones asiáticas, una tendencia ya visible en las dos últimas ediciones del festival, donde se proyectaron filmes del nivel de “24city”, “Service” o “Secret Sunshine”.

Este año la sección oficial merece ser mirada con detenimiento, ya que reúne en primicia largometrajes muy esperados por la crítica. Uno de ellos es “Thirst”, lo último del surcoreano Park Chan-wook, una historia de vampiros con un sacerdote católico de protagonista que representa el retorno de Park Chan-Wook a Cannes después de que su filme “Old Boy”, se llevara la Palma de Oro en 2004.

Tampoco pasará desapercibida la película del chino Lou Ye, “Spring Fever”, rodada en secreto en China debido a la prohibición que pesa sobre el director, que fue censurado por las autoridades chinas en 2006 a raíz exhibición en Cannes de “Summer Place”, un drama romántico que mostraba la represión del régimen chino del movimiento estudiantil de 1989.

Con menos polémica pero con las mismas expectativas llega a Cannes la película del director taiwanés Tsai Ming Liang, “Faces”, una coproducción rodada a iniciativa del Museo Louvre de París con el objetivo de reversionar grandes clásicos con una óptica multicultural. Esta película de Tsai Ming Liang protagonizada por Leticia Casta narra el mito bíblico de Salomé en un intento de crear un dialogo entre el budismo y la libertad espiritual que se presupone en Occidente.

El auge del nuevo cine filipino también tendrá su representación en la sección oficial con el último filme del prolífico Brillante Mendoza que presenta Kinatay, después del éxito internacional que tuvo “Service”, que se exhibió en la Sección Oficial de Cannes el año pasado.

Finalmente, “Vengenace”, la producción del director de Hong Kong Johnnie To, cierra esta variopinta representación oriental en una edición que se presenta plagada de autores de culto como Tarantino, Almodóvar o Lars Von Trier.

La influencia asiática en la Sección Oficial de Cannes no acaba aquí. Junto a estas películas de producción oriental, otras dos cintas a concurso tienen una estrecha relación con la región. Por un lado, la última creación del oscarizado cineasta taiwanés Ang Lee, que presenta “Taking Woodstock”, una producción americana que recrea uno de los mayores encuentros hippies de la historia. Y por otro, la ultima película de la española Isabel Coixet, “Map of the sounds of Tokio”, un filme de carácter intimista rodado casi íntegramente en la capital japonesa y donde el catalán Sergi López comparte cartel con todo un elenco de actores japoneses.

A parte de la sección oficial, en la sección Un certain regard que hecha un vistazo al cine con más proyección del año, destaca la presencia del joven director filipino Raya Martin que presenta “Independencia”, un film que retrata la vida de una familia filipina a principios del siglo XX. Junto a esta muestra de jóvenes talentos, también hay nombres veteranos. Es el caso de Hirokazu Koreeda, que cautivó a la crítica con el film “Nowbody Knows”, y que en esta ocasión presenta “Air Doll”, una historia cruda que narra la relación entre una muñeca hinchable y su propietario.

Cannes confirma la buena salud del cine asiático que este año consiguió uno de los galardones más preciados de la escena cinematográfica internacional: el Oscar a la Mejor película de habla no inglesa con el film japonés “Departures” dirigido por Yojiro Takita.