Eva Queralt
05/02/2008
La muestra que expone en Casa Asia representa un amplio periodo, de 1964 a 2007, y proviene del Festival Les Rencontres de Arles (Francia). ¿Con qué criterios han seleccionado estas imágenes?
Empecé hace más de 40 años, cuando se usaba sólo el blanco y negro. Luego, cuando llegaron las buenas películas en color, también empecé a usarlas porque India es un país con muchos colores, muy intensos, y que cambian profundamente de una región a otra. Así es India: diferentes estados, diferentes gentes y diferentes colores.
También usé el color porque trabajaba para periódicos y revistas que querían color, pero nunca dejé el blanco y negro porque para mí cada situación requiere una respuesta diferente y hay temas que creo que deben ser en color y otros no. Así que para la exposición en Arles decidí traer obras de los dos tipos, 93 fotografías que representan mi trabajo y que, de hecho, son algunas de mis mejores obras en estos años. A la hora de traer la exposición a Casa Asia, hemos decidido exponer las de color en la sede de Barcelona y las de blanco y negro en Madrid.
Esta exposición coincide con una antológica en la National Gallery de Nueva Delhi, diez años después de su anterior retrospectiva allí. ¿Qué muestra esta exposición y qué ha cambiado en estos diez años?
Diez años es mucho tiempo en este trabajo, -sobre todo con la globalización!- y más en India, que cambia muy rápidamente. El trabajo del fotógrafo consiste en capturar el tiempo en que vivimos e India, donde el 80% de población vive en pueblos rurales, donde tenemos todas las religiones en una sociedad multicultural y multilingüe, es en definitiva una sociedad que me fascina y me empuja a trabajar para mostrar como va evolucionando.
En el contexto en el que vivo puedo realizar mucho trabajo, pero cada fotografía que hago es algo precioso para mí y mostrarlo es fantástico. Así, en esta exposición en Nueva Delhi muestro algo nuevo y algo también de los últimos veinte años.
Usted ha tratado temas muy diversos en su obra, desde retratos de personalidades o de ciudades hasta tragedias como la de Bhopal. ¿Hay un propósito común en su trabajo? ¿Podemos decir que la propia India es el hilo que une toda su obra?
No importa donde trabajes, en qué país o cultura, porque para mí el significado de la fotografía es muy específico. La gente debate si la fotografía es arte o no, pero en realidad todo el mundo tiene derecho a usar una cámara para no importa qué fin. Sin embargo, si ves un buen cuadro que refleja una situación de hace 50 años dices que es una buena pintura; pero si ves una fotografía de esa misma situación dices: “esto era así!”.
La fotografía transporta físicamente las cosas tal como son. La historia puede ser escrita y leída, pero la fotohistoria, hecha con honestidad y sinceridad, constituye el documento histórico más válido sobre el pasado. La fotografía llegó a India hace más de cien años y si ahora quieres saber cómo era el país en ese momento, y a pesar de lo lentas y poco avanzadas que eran las cámaras al principio, tienes que ir a buscar esas fotografías. Hoy, con una tecnología tan rápida, con una capacidad increíble para fotografiar el mundo entero, el trabajo que hacemos los fotógrafos es lo que quedará como documento histórico dentro de otros cien años.
Éste es mi propósito cuando hago fotografías en India, hacer documentos humanos, con sensibilidad y responsabilidad, que son un valioso documento sobre mi país. Si es arte o no, no me importa; va más allá de cualquier forma de arte, siempre que el fotógrafo sea sensible y sepa captar la energía de las gentes y los lugares que fotografía, de forma que la imagen adquiera la habilidad de vivir por ella misma más allá de cualquier marco temporal.
¿Porqué se ha limitado a fotografiar su propio país?
A mi me gustan muchos fotógrafos de muchos lugares, pero yo sólo trabajo en India porque India, para mí, ¡es un mundo entero! Hay otros países que me gustan, pero no me siento a gusto fotografiando realidades que no conozco tan profundamente.
Empezó en este oficio hace más de 40 años. ¿Ha madurado o evolucionado de alguna forma su trabajo en estas décadas?
Absolutamente, es imprescindible evolucionar. Cuando eres joven, ves algo y piensas “oh, que bonita foto”. Gradualmente, con la experiencia, empiezas a ver algo más, ves un marco más amplio, el porqué de esa situación, y esto te permite transmitir mejor esa realidad.
En mi caso, India es una sociedad multicultural y multireligiosa, con un gran número de esencias viviendo unas junto a otras, de forma que las vivencias de este país deben ser captadas desde múltiples niveles.
Muchos fotógrafos opinan que una fotografía capta un momento en un espacio, pero en India esto no es suficiente. Allí, se trata de una experiencia total, en un momento no hay un aspecto que fotografiar sino que hay múltiples. Vas a hacer una fotografía y no sabes donde enfocar porque podrías hacer un montón! Por eso uno de los cambios que he introducido ha sido el uso de cámaras panorámicas. Pasan tantas cosas a la vez que te atraen con energía… esa es la parte mágica, no hay sólo un contenido estético!
En los últimos dieciocho años ha publicado dieciocho libros de fotografías. ¿Se considera usted un fotógrafo especialmente prolífico?
En realidad son más libros. No es que publique uno cada año, pero habré hecho unos veinticinco. Gracias a la tecnología digital, todo mi trabajo puedes escanearlo, digitalizarlo, manipularlo, reordenarlo fácilmente. Gracias a esto, en el último año y medio he publicado siete libros. Y en los próximos meses saldrán tres o cuatro más. ¡Pero es el trabajo de muchos años! Nunca me he impuesto fechas límites para realizar un reportaje o un trabajo concreto, pero cuando he tenido suficiente material he publicado un libro. Así que no me parece tanto. ¡Pero igualmente estoy orgulloso! Pocos fotógrafos en el mundo han producido tanto.
Está asociado a la prestigiosa agencia Magnum desde 1977, pero gran parte de su obra la ha realizado para periódicos y revistas. ¿Hay una gran diferencia para usted entre su trabajo como fotoperiodista y su obra posterior?
Empecé mi carrera en los periódicos y luego fui uno de los fundadores del periódico India Today, donde era director de imagen. Así que he hecho mucho fotoperiodismo, pero luego he podido centrarme en trabajos monotemáticos para revistas especializadas o en mis propios libros.
El fotoperiodismo te da acceso a todo en todas partes, a mí me ha dado la oportunidad de conocer y vivir India a muchos niveles: cultural, social, político, moda, deporte… Pero la diferencia es que, gracias a Dios, he tenido la habilidad y la posibilidad de tratar cada situación según mi propio punto de vista, nunca he creído en dictados editoriales.
Cuando he hecho un libro sobre la Madre Teresa de Calcuta o sobre Indira Gandhi, mi intención era que si alguien que no las conoce mira el libro, a través de las imágenes lo pueda entender. No quiero que exclame “es ella”, sino que sea la propia imagen la que transmita como era. Ésta es la magia de la fotografía: tienes que captar la energía que desprenden las personas a las que inmortalizas.